Ingredientes:

2 calabacines medianos
200 grs de atún (en mi caso fresco, pero puede ser natural de lata)
400 gr de tomate frito casero
1 cucharada colmada de harina de garbanzos
250 ml de leche desnatada sin lactosa (o leche de soja sin fructosa)
2 cucharadas de aceite de oliva
sal y pimienta blanca


Cortamos los calabacines a lo largo y los vaciamos con una cuchara o con un descorazonador.









Ponemos los calabacines en una bolsa para microondas y los hacemos 3 min a máxima potencia. Yo los he hecho en dos tandas reutilizando la bolsa. Asamos a la plancha el pescado (si es fresco) y lo aplastamos con un tenedor, añadiéndole el tomate frito y la carne de los calabacines, que previamente hemos troceado y rehogado en una cucharada de aceite.







Rellenamos los calabacines y los colocamos en una fuente de horno. Vamos precalentando el horno a 180º (calor arriba y abajo)







Hacemos una bechamel rehogando en la otra cucharada de aceite la harina de garbanzos y añadiendo la leche. A mi me quedó grumosa, pero le di unos golpes de batidora y quedó perfecta. Poner sal y pimienta al gusto y verter con cuidado sobre los calabacines.